Por Jorge Ricci Avalos
Winebox es una propuesta hotelera única que fue pensada en torno al vino para un público que no solamente busca un espacio acogedor donde descansar sino que tener una experiencia enológica donde aprender de “una manera menos pomposa las bondades del vino” según explican sus dueños.
Camila Ulloa es socio fundadora del hotel Winebox y también creadora del concepto de hotel boutique construido a base de contenedores, que se encuentra anclado en el Cerro Mariposa en Valparaíso y que nació con el objetivo de potenciar el atractivo turístico inherente que aporta el vino en la región, producto de su cercanía con el Valle de Casablanca, donde conviven un importante grupo de viñas.
Estudió arquitectura en la Universidad de Viña del Mar, aunque confiesa que de repente se vio involucrada en este proyecto que partió el 2015 “mientras estudiaba como sin darme cuenta empezamos con el diseño de los planos e incluso colaboré en la gestión de la compra del terreno donde está construido el hotel. Estuve en cada etapa del levantamiento del hotel”.
En la ciudad puerto trabajó en el Café el Vinilo que queda en el Cerro Alegre y es donde conoció al enólogo neozelandés Grant Phelps que a la postre se transformaría en su compañero de ruta y también socio en la ejecución de un proyecto de vida, que se emplaza en calle Baquedano.
Esta es una propuesta innovadora en Chile, que destaca porque se nota de inmediato que Winebox tiene alma porteña debido a sus murales y colores y por supuesto que por sus contenedores.
Sin embargo la arquitecta se comprometió a fondo en la edificación de un sueño que trajo el enólogo desde Nueva Zelanda, el cual no estuvo exento de complicaciones “Al comienzo del proyecto una constructora se dio a la fuga porque se equivocó en el presupuesto yéndose sin pagar sueldos y sin cumplir con el trabajo para el cual fueron contratados. Nos tuvimos que hacer cargo de ello”, recuerda la arquitecta.
A lo que agrega que “Con Grant a raíz de lo que nos sucedió armamos nuestra propia constructora, más pequeña para poder terminar el hotel que ya estaba en una etapa avanzada”.
Un hotel en torno al vino
El objetivo de Winebox es fomentar el atractivo turístico que tiene el vino en el país, entregando una completa experiencia enológica no solamente a quienes llegan a hospedar aquí, sino que también a aquellos que tienen un interés por degustar una buena cepa frente al mar.
Si bien actualmente tienen un estock de alrededor de 80 variedades, no están elaborando vinos propios como en un comienzo pero si se hacen catas y eventos de la industria. “Preferimos trabajar con viñas boutique que son menos conocidas a la vez que promovemos que se puedan probar vinos que no sean de consumo común y por ende más difíciles de encontrar para que el pasajero pueda aprender con nosotros de una manera no tan formal”, comenta su socia fundadora.
Alojarse en el hotel tiene un costo de $ 100.000 a $ 180.000 pesos chilenos la noche pero sin duda merece la pena despertar con una vista panorámica de esta “Joya del Pacífico” o poder degustar algunas de las cepas como parte de la oferta del minibar.
Pero el hotel tiene un amplio restaurant donde sentarse y disfrutar de un Chardonnay acompañado de un tartar de atún y palta, por ejemplo que es un agasajo para los sentidos. Asi cono también de una pizza para los amantes de lo italiano.
La propuesta de carta de Winebox está siempre en un continuo perfeccionamiento, que busca complacer a un cliente de un paladar fino, que no solo llega en busca de un buena cepa -se sabe a nivel internacional que el hotel cuenta con una excelente carta de vinos-, que se puede acompañar de una tabla más relajada con jamón serrano, salame, almendras además de una amplia variedad de quesos que pueden resaltar aún más los taninos de un buen vino y darle rienda suelta a los sentidos ¡Pero hay más! Debido a se puede pedir un paté de hígado de pollo que es una verdadera delicatesen.
Una propuesta con energía solar
Cuando se ingresa se puede tener la sensación de estar en un barco debido a sus ventanas circulares que forman parte de la decoración interior. Pero esta impresión ¿será también por su construcción a base de contenedores?
“Contamos con criterios de sustentabilidad debido a que tenemos estructuras reutilizadas para su construcción, ya que todos los contenedores fueron utilizados de forma previa por 10 o más años para el transporte de carga“, explica su arquitecta Camila Ulloa.
Una de sus comodidades destacadas son las habitaciones tipo estudio del hotel que son contenedores High Cube de 40 pies que es más alto que el contenedor estándar de 2 metros 40 de altura, dando una sensación interior más amplia.
“Los contenedores fueron previamente seleccionados puesto que de esta forma se puede saber que es lo que transportaba el container, evitando que hayan sido cargados con elementos químicos y nada tóxico, por ejemplo”, menciona la profesional.
Otra de las características del lugar son las áreas comunes que funcionan con energía solar, asi como también que sus creadores fueron extrayendo elementos de acero con el propósito de la creación de original mobiliario que le da otra onda al hotel.
Con todo, el verano es por excelencia la parte del año para darse un respiro necesario y tomar un nuevo impulso. Y qué mejor que venir a un hotel boutique con un corazón gigante donde todo está pensado para el descanso y goce del pasajero a bordo.
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